“La acción del gobierno de Jerónimo Carrión se vio interrumpida no sólo por el conflicto bélico a raíz de la guerra del Pacífico y por el peso de la anterior administración, sino por una gran oposición hacia las actuaciones de su ministro, Manuel Bustamante, que se destacaba por su capacidad y amplia tolerancia política, lo cual era inadmisible para el garcianismo” (Alfredo Pareja Diezcanseco.- Ecuador: Historia de la República, tomo IV, p. 24).
Fue así que, al instalarse el Congreso de 1867, los legisladores de la oposición -cumpliendo consignas garcianas- desataron una violenta campaña destinada a provocar la separación del ministro Bustamante, al que luego de acalorados debates obligaron a renunciar. Un mes más tarde, “...volvió a denunciarse en el Congreso que el presidente Carrión mantenía con Bustamante conversaciones tendientes a un arreglo poco decoroso de la mayoría parlamentaria con el gobierno. Ante la evidencia de la acusación renunció el mencionado Gabinete formado por Rafael Carvajal, Manuel Ascázubi y Bernardo Dávalos, al igual que funcionarios de la administración...”
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